miércoles, 26 de enero de 2011

Kayrei CoaChess

Muchos no saben lo que es esto del Coaching mientras otros  opinan que va paralelo a la evolución humana y que todos hemos sido coaches o  coachees muchas veces, y sin saberlo siquiera, con algunas personas con las que  hemos compartido camino en la vida.


  El Coaching es un proceso de cambio en el que un adulto o coachee  solicita a un profesional, su coach que le invite a salir de sus  zonas de confort, de seguridad, rutina y orden, facilitándonos aprender cosas  nuevas y acompañándonos mientras atraviesa las incertidumbres e inquietudes que  desde una nueva experiencia se generarán.


  ¿Y para qué va a querer un adulto, en general, muy  bien posicionado y con reconocido prestigio, aprender a salir de su  zona de confort con los años que le ha llevado hipotecarse para  comprar  ese espacio tan personal en el que tumbarse y descansar?


  La respuesta reside en que una zona de seguridad deja de serlo  cuando el bienestar que hasta ella nos ha hecho llegar y quedarnos, se empieza  a resquebrajar y a convertir en causa de incomodidades. Lo que ha hecho  del hombre la especie dominante ha sido su capacidad de adaptarse al medio, de  cambiar, de aprender, de ser flexible. "Si resistes persistes" pero  si aceptas, transformas. Te transformas. Paradójicamente, la clave reside en  que no resistirse favorece los cambios.


  ¿Y por qué ocurre esto? Mientras todo va bien y el día se nos  presenta como luminoso, nos sentimos felices y no necesitamos cambiar pero  cuando algo deja de ir bien, tropezamos, nos caemos, se disparan las alarmas y  buscamos una salida ... ¿otra salida? ¿distinta?. Porque si todo lo que hacemos  es igual a lo que nos ha causado esos problemas, es evidente que seguiremos  enrollados a ellos y sin posibilidad de superarlos.


  Vivir es pasar de zonas de seguridad a zonas de miedo. Todos  somos conscientes de que existe una zona de desarrollo real y otra de  potencialidad. ¿ Por qué vamos a querer entrar en la zona potencial si es  inicialmente más incómoda y genera cierto miedo e incluso caos? Pues porque en  ella, reside también la ilusión, el cambio como un observador distinto al que  soy hoy y en el que me veo mañana . Creer para crear. Ambas área se  influyen mutuamente. Esta polaridad nos acompaña desde que nacemos.


  Por supuesto, es necesario un espacio de seguridad pero un exceso  de la misma nos lleva a la inmovilidad, nos paraliza, nos anestesia y  nos puede llegar a matar (depresiones, stress, problemas laborales,  físicos, de relaciones personales ...). Sin embargo, la zona de potencialidad  nos posibilita nuevas experiencias que son las que nos ayudan a crecer, a  viajar desde nosotros mismos hacia nuevas rutas, desarrollando conductas y  competencias nuevas, logrando que nuestro mapa sea más grande.


  El coach acompañará al viajero ( al coachee) para que éste sea  consciente de qué aprendizajes necesitará en las nuevas situaciones por las que  desea transitar. Es como visitar una nueva ciudad teniendo un buen mapa en la  mano y un compañero que te lo explique, cuide de ti y sea capaz  de portar todo lo necesario para que disfrutes de esa experiencia aún  cuando el terreno sea completamente desconocido.


  Todos sabemos que si nos entrenamos debidamente podemos obtener una  versión cada vez mejor de nosotros mismo. La cuestión es que unas veces lo  podemos conseguir solos y otras necesitamos que otro nos facilite el camino  hacia nuevos desarrollos personales o profesionales. Ese es el coach. Y no son  ni los amigos ni familia, porque ambas relaciones son juez y parte, y por tanto  perderían la objetividad en entender, sin interpretar para ayudarnos a cambiar.


  Llega un momento en la vida en el que descubrimos que importa más  la dirección que la velocidad. Cuando empezamos a comprometernos sinceramente  con nosotros mismos en los contextos en los que interactuamos, descubrimos que  vemos el mundo no como es sino como somos y que para observarlo diferente  debemos ser diferentes, cambiar-nos. Tanto tiempo y esfuerzo  perdido en querer que el mundo y los otros cambien; cuando lo único necesario y  eficiente es que nosotros lo hagamos.


 

  El coach es por todo ello:


  - Un facilitador del aprendizaje de otro. Tu entrenador personal.

  - Desde el respeto, muestra compromiso, confidencialidad y  confianza con su cliente.

  - Retador para sacarte de tu zona de confort.

  - Transformador de problemas en oportunidad para entrenarte en  ser mejor.

  - No aconseja ni enseña, es un espejo en el que "espejarte  para despejar tus dudas y verte desde fuera de ti mismo.

  - Interpretador de otros mapas.

  - No es algo que hace a otro, sino algo que se hace con y para  el otro.

  - No olvida que el coachee es el propietario del problema y, en  última instancia, es el responsable de la solución. Pero no te deja solo;  conduces acompañado.


  - "Soplará tus brasas", te desafiará pero sobre todo  tocará tu alma para ayudarte a seguir creciendo.

Existir es cambiar. Y para cambiar es imprescindible aprender. ¿Qué  es aprender para un adulto? Fundamentalmente desaprender y reaprender. En ello  consiste la creatividad, fundamentado y desarrollado del cerebro de los  mamíferos. En el siglo XXI y en este momento de tremenda incertidumbre personal  y profesional, los más fuertes de la selva son a su vez los  más  flexibles, los más plásticos. Vivimos una de las crisis sin precedentes.  Pero si desde las situaciones de crisis provocamos el cambio,  estaremos dando los pasos para generar nuevas oportunidades de mejorar, de ser  más competitivos, de ser el mejor líder. 


  No importa donde estés ahora, lo importante es hacia donde quieres  dirigirte. Y el Coaching se convierte en una brújula para guiarte. Aprovéchate  y salta ahora pero con red.

2 comentarios:

  1. Como dijo Mahatma Gandhi: "Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo".

    Toda ayuda con letrero hacia esa dirección debe ser siempre bien recibida y valorada, y cuando uno no puede llegar sólo, nada como un profesional para aprender a leer la brújula.

    Enhorabuena por tu nuevo proyecto, mucho ánimo siempre y algo de suerte que nunca viene mal.

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  2. Este proyecto nace bajo el único signo de la euforia; contigo al mando no cabe otro marchamo.

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